La leyenda cuenta que el diablo merodeaba por los Barrios Altos de Lima, donde se encuentra la piedra, y vio venir de frente a la procesión de la Virgen del Carmen, muy venerada en Lima y con más de 300 años de antigüedad, y dio la vuelta tratando de huir, pero al girar la esquina vio que otra procesión, la del Señor de los Milagros, venía en su misma dirección. Ante tal muestra de fe y viéndose sin salida, tropezó con la piedra y la atravesó para poder salir a otra calle lanzando un suspiro de alivio que toda Lima pudo escuchar. Desde entonces esas calles fueron bautizadas como calle peña horadada y calle suspiro, a pesar que hoy en día ya no conservan ese nombre. Al atravesar la piedra creó el círculo que la define.
A través de los años, se ha intentado retirar la piedra para que no entorpezca el libre discurrir de los peatones, y para pavimentar, pero es imposible, ni aún utilizando maquinaria se logra moverla de su lugar, como si el demonio lo impidiera. Otros alcaldes ni siquiera se han atrevido a tocarla por no estar en pugna con el diablo. Hace pocos años volvió a intentarse de nuevo para construir una fuente, peor fue imposible moverla y la fuente se instaló en una esquina próxima.
Muchos habitantes de Lima se persignan al pasar junto a la piedra y en las noches de luna llena hay algunos que se acercan a la piedra para adorar al demonio. Teodomiro Mendoza, es un panadero cuyo establecimiento queda exactamente frente a la piedra, Teodomiro cuenta que por las noches se escuchan gritos. Karen herrera, vendedora de comida también en la zona afirma los extraños gritos y lamentos que se oyen cerca de la piedra. En la zona además, se han cometido crímenes que la policía nunca ha podido resolver y múltiples suicidios.
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