El argumento está basado en un caso real que tuvo lugar en una granja, en donde una familia empieza a ser testigo de fenómenos paranormales. Lo que a muchos ha impactado es saber que la cinta está basada en hechos reales, pues los Warren sí existieron en realidad y se hicieron famosos en el país del Norte por dedicar sus vidas a conjurar y cazar fantasmas y espíritus malignos en distintas casas estadounidenses, tal como ocurrió con el caso de la familia Perron, que se contactó con los Warren para que investigaran aterradores sucesos paranormales que sucedían en su hogar, dando pie a lo que se desarrolla durante la película. Esta pareja estaba conformada por el demonólogo Ed Warren, fallecido en 2006, y su mujer, la parapsicóloga y vidente Lorraine Warren, que hoy tiene 86 años y asesoró con consejos y confidencias a los realizadores del film.
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La familia Perron |
Al principio muchos de ellos parecían ser inofensivos; según la familia, el primer fenómeno más aterrador fue la escalofriante presencia de un espíritu que tenía la costumbre de tocar a la puerta de la casa por la noche, despertando a toda la familia.
Los espíritus, a partir de entonces, comenzaron a manifestarse de distintas formas.“Uno de los espíritus se llamaba ‘Manny’, él era un alma compasiva. Creemos que en realidad era Johnny Arnold, que se suicidó en el granero de la casa en el 1800. Vigilaba la casa y cuidaba de nosotros. Siempre se aparecía en el mismo lugar, en el pasillo del frente entre el comedor y la cocina. La aparición fantasmal siempre se apoyaba contra la puerta y ponía una sonrisa torcida como si él se estuviera divirtiendo con los niños. Tan pronto como lo veíamos e hacíamos contacto visual, él desparecía.”
Los Warren hicieron una investigación de la actividad sobrenatural en la casa mientras la familia vivía allí, en un intento de ayudar a los Perron. Durante una sesión de espiritismo, algo salió ciertamente mal, despertando y evocando una terrible presencia, que la señora Warren tenía la creencia de que se trataba de Betsabé (Bathsheba en la película), a la que describió como un “alma olvidada de Dios”, y de quien se sospechaba practicaba brujería en los alrededores, cien años antes de que los Perron se mudaran a la granja, quien quería tomar control sobre Carolyn, la madre de la familia Perron.
Andrea, la hija mayor del matrimonio, aseguró que Betsabé, posiblemente todavía se creía la dueña de la casa, y por eso estaba empeñada en sacar a su madre de la vivienda y también por eso quería para sí a Roger y a las cinco hijas. “Betsabé atormentaba a mi madre con su mayor temor: el fuego. El espíritu se acercaba a ella en la noche. Mi madre la describe como un ser que tenía una cara espantosa y deforme, con la cabeza inclinada a un lado y con el cuello roto. No tenía ojos ni boca y parecía como las telarañas que cuelgan en las esquinas de la bodega”.
Los Warren |
Según cuenta la leyenda local, Betsabé fue una mujer sospechosa de ser una bruja y fue acusada de hecho de sacrificar a un niño como una ofrenda al diablo. Más de dos docenas de muertes misteriosas ocurrieron en la propiedad mientras ella vivió allí. Según los mismos relatos, Betsabé vivió una vida miserable y murió de anciana en 1885, pero con su deceso no habrían cesado las muertes. Posteriormente, dentro de la misma propiedad, habrían ocurrido dos suicidios documentados (uno de ellos un ahorcamiento en una de las vigas del granero), un envenenamiento, una violación y asesinato de una niña de 11 años, dos ahogamientos y la muerte de cuatro hombres por congelación.
La familia Perron vivió durante una década en la temida casa y sólo salieron cuando la propiedad fue exorcizada. Andrea Perron escribió posteriormente el libro “House of Darkness, House of Light”, en el cual narra la terrible experiencia por la que pasó su familia. A partir de este volumen se hizo el guión adaptado para la película “El Conjuro”, que fue realizado por la misma Andrea, quien afirmó que “nadie en mi familia se sorprendió demasiado o se asustó al ver el film, ya que lo que ocurrió en mi casa fue mucho más terrorífico que lo que se mostró en la pantalla”.
Contrariamente a lo que sucede en la película “El Conjuro”, Ed y Lorraine Warren no consiguieron librar jamás a la casa de los espíritus que moraban dentro de ella. Según explica Andrea Perron, el lugar “estaba demasiado cargado de tragedias y muertes”.
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